Climaterio y Menopausia
El climaterio es un periodo de varios años que precede a la menopausia, durante el que la disminución progresiva de la función ovárica se manifiesta con una reducción de la fertilidad y con anomalías del ciclo menstrual. Por lo general aparece acompañado de los siguientes síntomas:
• Alteraciones del ciclo menstrual: el ciclo tiende a ser más breve, las menstruaciones pueden ser más abundantes o mucho más largas de lo normal o pueden retrasarse incluso varios meses dando lugar a largos periodos de ausencia de sangrado en los ciclos menstruales.
• Ovulación irregular: a veces se produce inmediatamente después de la menstruación, otras veces puede no presentarse.
• Empeoramiento de los síntomas premenstruales: puede aumentar la retención hídrica, el peso premenstrual, la sensación de hinchazón; también pueden acentuarse la irritabilidad, la «necesidad» de comer alimentos dulces, el nerviosismo y los trastornos del sueño.
• Sintomatología psíquica: se producen cambios en el estado de ánimo y aumenta la vulnerabilidad a la ansiedad.
• Se puede presentar una sudoración repentina o bien sofocos de calor nocturnos.
• Trastornos de la sexualidad: disminución del deseo sexual, dificultad para excitarse y lubricarse.
• Dificultad para mantener bajo control el peso corporal: la grasa tiende a acumularse especialmente en el abdomen y en la cintura. Resulta más difícil estar a dieta, el cuerpo tiende a cambiar de forma y el metabolismo se vuelve más lento.
Menopausia
La menopausia marca el final de los ciclos menstruales. Se confirma una vez que han transcurrido al menos doce meses consecutivos desde el último ciclo menstrual. Por lo general se presenta entre los 46 y los 55 años. Puede ser fisiológica (natural) o iatrogénica, es decir, causada por operaciones quirúrgicas o terapias (antitumorales, por ejemplo).
Se habla de «menopausia prematura» cuando se produce antes de los 40 años.
La llegada de la menopausia representa un momento particularmente delicado por las profundas modificaciones físicas y psicológicas que conlleva. El modo en el que se afronta varía mucho según cada mujer: las posibles reacciones a este paso evolutivo no dependen solamente de los cambios hormonales, sino también de la personalidad, del entorno social y del nivel de realización alcanzado en ámbito personal, familiar y laboral.
Trastornos más frecuentes:
• Sofocos de calor, a menudo acompañados por sudoración y taquicardia, debilidad, vértigos y náusea o por un aumento de la presión sanguínea;
• Trastornos del sueño;
• Trastornos psíquicos: ansiedad, irritabilidad, alteraciones del humor;
• Trastornos de la sexualidad;
• Sequedad vaginal, reducción de la elasticidad de la mucosa vaginal, mayor sensibilidad a los agentes infecciosos (cistitis), trastornos de la micción;
• Adelgazamiento de la piel y aumento de su sequedad, reducción de la elasticidad del cutis, disminución del vello corporal.
Complicaciones a largo plazo
Al haber una interrupción de la función ovárica, desaparece el rol protector ejercido por los estrógenos. Esto comporta algunas modificaciones metabólicas responsables del proceso de desmineralización ósea y aumenta el riesgo a padecer enfermedades cardiovasculares. Con la menopausia se produce una alteración del perfil lipídico y glucémico, a menudo acompañada de un incremento del peso corporal y de la presión arterial. De manera que, aunque la menopausia de por sí no es una enfermedad, está asociada a complicaciones a largo plazo, que requieren la intervención de los profesionales de la salud con el fin de adoptar las medidas de prevención adecuadas y de planificar conjuntamente los controles clínicos oportunos.
Patologías cardiovasculares
Durante todo el período fértil se está protegida contra las enfermedades cardiovasculares gracias a la producción de estrógenos. Sin embargo, en la menopausia el riesgo de desarrollar estas patologías aumenta considerablemente a causa de la interrupción del rol protector de los estrógenos, del aumento de las concentraciones plasmáticas de triglicéridos y colesterol total y del incremento de los valores de la glucemia.
TENGAMOS PRESENTE… Acciones preventivas específicas
• Alimentación equilibrada rica en fruta, verdura, pescado y carne magra y pobre en grasas
• Abstención del tabaco y consumo limitado de bebidas alcohólicas
• Actividad física regular
• Controles periódicos de la presión arterial y del perfil lipídico (colesterol total, colesterol HDL y LDL, triglicéridos) y glucídico (glucemia)
Osteoporosis
La osteoporosis consiste en una disminución progresiva de la masa esquelética con un deterioro de la arquitectura ósea, lo que comporta un aumento de la fragilidad y un riesgo elevado de que se produzcan fracturas espontáneas o traumas de importancia mínima.
Las zonas más predispuestas a padecer a este tipo de fracturas son las vértebras, el antebrazo, el fémur y la pelvis. La aparición de una fractura por osteoporosis determina un mayor riesgo de sufrir nuevas fracturas a causa del denominado ‘efecto dominó’, con consecuencias altamente invalidantes.
Existen algunas condiciones que han sido reconocidas como factores agravantes del riesgo de osteoporosis: vida sedentaria, tabaco, uso prolongado de fármacos que interfieren con el metabolismo óseo (p. ej. corticoides), factores hereditarios, enfermedades de malabsorción (celiaquía), trastornos precedentes del comportamiento alimentario (anorexia) o patologías tiroideas.
TENGAMOS PRESENTE… Acciones preventivas específicas
• Alimentación rica en calcio y vitamina D*
• Actividad física regular
• Abstención del tabaco y consumo moderado de bebidas alcohólicas
• Control de la masa ósea (densitometría ósea)
La terapia farmacológica está indicada para la prevención secundaria de la osteoporosis, es decir, en mujeres que ya han sufrido una fractura o que, a pesar de no haber sufrido ninguna fractura, se consideran de alto riesgo a causa de factores hereditarios, menopausia precoz (antes de los 45 años) y condiciones de reducida masa ósea.
* * El calcio es el principal elemento constituyente de los huesos; además de la leche y de sus derivados, son alimentos particularmente ricos en este mineral las legumbres, las hortalizas de hoja verde, las semillas de sésamo, algunos frutos secos como las almendras y algunos tipos de pescado, como las sardinas y las anchoas. Si el consumo de lácteos está contraindicado a causa de una condición de sobrepeso o de hipercolesterolemia, es oportuno recurrir al uso de integradores y de aguas minerales cálcicas. La vitamina D es una molécula fundamental para el crecimiento de la estructura esquelética y para el mantenimiento de una mineralización de los huesos adecuada, dado que promueve la absorción intestinal del calcio y controla los mecanismos de reabsorción ósea. Está producida por nuestro organismo a nivel cutáneo mediante la exposición a la luz solar. Las fuentes alimentarias de esta vitamina son pocas: se encuentra en la caballa, la sardina, la anchoa, el salmón, el atún y el huevo, así como en fuentes vegetales como las pipas de girasol, las setas, la alfalfa y el germen de trigo, entre otras.
Alteraciones del tono del humor
Por lo general, en la menopausia puede desarrollarse una alteración del estado de ánimo, debido al déficit de los niveles de estrógeno y a factores socioambientales. Consulta a tu farmacéutico para obtener un asesoramiento más adecuado.
Alteraciones estéticas de la piel
Durante la menopausia, la reducción de la producción de estrógenos produce una pérdida de colágeno, con una disminución del grosor y de la elasticidad del cutis que favorece la formación de las arrugas, y un debilitamiento del vello corporal.
Problemas uroginecológicos
En el período postmenopáusico se manifiestan con una frecuencia considerablemente mayor respecto al período fértil y están representados por: cistitis recurrentes, disfunción sexual, prolapso genital e incontinencia urinaria.
Cómo afrontar la menopausia
Algunos consejos sobre la alimentación…
• Aumenta y privilegia el consumo de fruta y verdura, legumbres y cereales integrales
• Come alimentos frescos, de temporada, integrales y no refinados
• Elige alimentos sin conservantes, colorantes ni aditivos
• Alimentación variada
• Limita el consumo de carne roja y de cerdo y favorece la carne de ave y el pescado
• Consume preferiblemente lácteos y quesos desnatados
• Bebe mucha agua, zumos de fruta y tisanas (sin azúcar)
• Utiliza preferiblemente aceite de oliva virgen extra
• Elimina los fritos
• Limita el consumo de café (preferir el té), azúcar refinado (mejor el azúcar moreno), sal, alcohol, bebidas con gas, dulcificantes, cacao, chocolate y alimentos demasiado especiados.
Ejercicio físico
El ejercicio físico incide positivamente en el bienestar general: reduce el riesgo de padecer osteoporosis y enfermedades cardiovasculares y tiene un efecto beneficioso en el humor.
Tabaco
Las grandes fumadoras (más de un paquete de cigarrillos al día) suelen presentar ciclos irregulares durante la cuarta y quinta década de la vida con mayor frecuencia que las no fumadoras y tienden a padecer una menopausia precoz.
Generalmente, las mujeres fumadoras se encuentran por debajo de su peso ideal durante la menopausia y esta condición, asociada a una reducida masa ósea, comporta un mayor riesgo de fracturas.
Fármacos
terapia hormonal sustitutiva
La terapia hormonal sustitutiva consiste en la administración de estrógenos, que han dejado de ser producidos por los ovarios en una cantidad suficiente. El objetivo de la terapia es el tratamiento de los trastornos que surgen inmediatamente antes de la menopausia.
Este tratamiento debe ser prescrito por el médico, basándose en las condiciones generales de salud, en las exigencias personales y en la historia clínica de cada mujer, considerando los posibles riesgos y beneficios.
Pruebas aconsejadas durante la menopausia
• Control periódico de la presión arterial
• Análisis hematoquímicos (perfil lipídico y glucídico + posibles dosificaciones hormonales)
• Examen ginecológico con citología vaginal y ecografía pélvica
• Examen del seno con mamografía dentro del cribaje poblacional del cáncer de mama en mujeres entre los 50 y los 69 años.
• Densitometría ósea
• Estudio urodinámico (en presencia de incontinencia)
• Control de la tiroides (si es oportuno controlar la funcionalidad tiroidea)
El climaterio es un periodo de varios años que precede a la menopausia, durante el que la disminución progresiva de la función ovárica se manifiesta con una reducción de la fertilidad y con anomalías del ciclo menstrual. Por lo general aparece acompañado de los siguientes síntomas:
• Alteraciones del ciclo menstrual: el ciclo tiende a ser más breve, las menstruaciones pueden ser más abundantes o mucho más largas de lo normal o pueden retrasarse incluso varios meses dando lugar a largos periodos de ausencia de sangrado en los ciclos menstruales.
• Ovulación irregular: a veces se produce inmediatamente después de la menstruación, otras veces puede no presentarse.
• Empeoramiento de los síntomas premenstruales: puede aumentar la retención hídrica, el peso premenstrual, la sensación de hinchazón; también pueden acentuarse la irritabilidad, la «necesidad» de comer alimentos dulces, el nerviosismo y los trastornos del sueño.
• Sintomatología psíquica: se producen cambios en el estado de ánimo y aumenta la vulnerabilidad a la ansiedad.
• Se puede presentar una sudoración repentina o bien sofocos de calor nocturnos.
• Trastornos de la sexualidad: disminución del deseo sexual, dificultad para excitarse y lubricarse.
• Dificultad para mantener bajo control el peso corporal: la grasa tiende a acumularse especialmente en el abdomen y en la cintura. Resulta más difícil estar a dieta, el cuerpo tiende a cambiar de forma y el metabolismo se vuelve más lento.
Menopausia
La menopausia marca el final de los ciclos menstruales. Se confirma una vez que han transcurrido al menos doce meses consecutivos desde el último ciclo menstrual. Por lo general se presenta entre los 46 y los 55 años. Puede ser fisiológica (natural) o iatrogénica, es decir, causada por operaciones quirúrgicas o terapias (antitumorales, por ejemplo).
Se habla de «menopausia prematura» cuando se produce antes de los 40 años.
La llegada de la menopausia representa un momento particularmente delicado por las profundas modificaciones físicas y psicológicas que conlleva. El modo en el que se afronta varía mucho según cada mujer: las posibles reacciones a este paso evolutivo no dependen solamente de los cambios hormonales, sino también de la personalidad, del entorno social y del nivel de realización alcanzado en ámbito personal, familiar y laboral.
Trastornos más frecuentes:
• Sofocos de calor, a menudo acompañados por sudoración y taquicardia, debilidad, vértigos y náusea o por un aumento de la presión sanguínea;
• Trastornos del sueño;
• Trastornos psíquicos: ansiedad, irritabilidad, alteraciones del humor;
• Trastornos de la sexualidad;
• Sequedad vaginal, reducción de la elasticidad de la mucosa vaginal, mayor sensibilidad a los agentes infecciosos (cistitis), trastornos de la micción;
• Adelgazamiento de la piel y aumento de su sequedad, reducción de la elasticidad del cutis, disminución del vello corporal.
Complicaciones a largo plazo
Al haber una interrupción de la función ovárica, desaparece el rol protector ejercido por los estrógenos. Esto comporta algunas modificaciones metabólicas responsables del proceso de desmineralización ósea y aumenta el riesgo a padecer enfermedades cardiovasculares. Con la menopausia se produce una alteración del perfil lipídico y glucémico, a menudo acompañada de un incremento del peso corporal y de la presión arterial. De manera que, aunque la menopausia de por sí no es una enfermedad, está asociada a complicaciones a largo plazo, que requieren la intervención de los profesionales de la salud con el fin de adoptar las medidas de prevención adecuadas y de planificar conjuntamente los controles clínicos oportunos.
Patologías cardiovasculares
Durante todo el período fértil se está protegida contra las enfermedades cardiovasculares gracias a la producción de estrógenos. Sin embargo, en la menopausia el riesgo de desarrollar estas patologías aumenta considerablemente a causa de la interrupción del rol protector de los estrógenos, del aumento de las concentraciones plasmáticas de triglicéridos y colesterol total y del incremento de los valores de la glucemia.
TENGAMOS PRESENTE… Acciones preventivas específicas
• Alimentación equilibrada rica en fruta, verdura, pescado y carne magra y pobre en grasas
• Abstención del tabaco y consumo limitado de bebidas alcohólicas
• Actividad física regular
• Controles periódicos de la presión arterial y del perfil lipídico (colesterol total, colesterol HDL y LDL, triglicéridos) y glucídico (glucemia)
Osteoporosis
La osteoporosis consiste en una disminución progresiva de la masa esquelética con un deterioro de la arquitectura ósea, lo que comporta un aumento de la fragilidad y un riesgo elevado de que se produzcan fracturas espontáneas o traumas de importancia mínima.
Las zonas más predispuestas a padecer a este tipo de fracturas son las vértebras, el antebrazo, el fémur y la pelvis. La aparición de una fractura por osteoporosis determina un mayor riesgo de sufrir nuevas fracturas a causa del denominado ‘efecto dominó’, con consecuencias altamente invalidantes.
Existen algunas condiciones que han sido reconocidas como factores agravantes del riesgo de osteoporosis: vida sedentaria, tabaco, uso prolongado de fármacos que interfieren con el metabolismo óseo (p. ej. corticoides), factores hereditarios, enfermedades de malabsorción (celiaquía), trastornos precedentes del comportamiento alimentario (anorexia) o patologías tiroideas.
TENGAMOS PRESENTE… Acciones preventivas específicas
• Alimentación rica en calcio y vitamina D*
• Actividad física regular
• Abstención del tabaco y consumo moderado de bebidas alcohólicas
• Control de la masa ósea (densitometría ósea)
La terapia farmacológica está indicada para la prevención secundaria de la osteoporosis, es decir, en mujeres que ya han sufrido una fractura o que, a pesar de no haber sufrido ninguna fractura, se consideran de alto riesgo a causa de factores hereditarios, menopausia precoz (antes de los 45 años) y condiciones de reducida masa ósea.
* * El calcio es el principal elemento constituyente de los huesos; además de la leche y de sus derivados, son alimentos particularmente ricos en este mineral las legumbres, las hortalizas de hoja verde, las semillas de sésamo, algunos frutos secos como las almendras y algunos tipos de pescado, como las sardinas y las anchoas. Si el consumo de lácteos está contraindicado a causa de una condición de sobrepeso o de hipercolesterolemia, es oportuno recurrir al uso de integradores y de aguas minerales cálcicas. La vitamina D es una molécula fundamental para el crecimiento de la estructura esquelética y para el mantenimiento de una mineralización de los huesos adecuada, dado que promueve la absorción intestinal del calcio y controla los mecanismos de reabsorción ósea. Está producida por nuestro organismo a nivel cutáneo mediante la exposición a la luz solar. Las fuentes alimentarias de esta vitamina son pocas: se encuentra en la caballa, la sardina, la anchoa, el salmón, el atún y el huevo, así como en fuentes vegetales como las pipas de girasol, las setas, la alfalfa y el germen de trigo, entre otras.
Alteraciones del tono del humor
Por lo general, en la menopausia puede desarrollarse una alteración del estado de ánimo, debido al déficit de los niveles de estrógeno y a factores socioambientales. Consulta a tu farmacéutico para obtener un asesoramiento más adecuado.
Alteraciones estéticas de la piel
Durante la menopausia, la reducción de la producción de estrógenos produce una pérdida de colágeno, con una disminución del grosor y de la elasticidad del cutis que favorece la formación de las arrugas, y un debilitamiento del vello corporal.
Problemas uroginecológicos
En el período postmenopáusico se manifiestan con una frecuencia considerablemente mayor respecto al período fértil y están representados por: cistitis recurrentes, disfunción sexual, prolapso genital e incontinencia urinaria.
Cómo afrontar la menopausia
Algunos consejos sobre la alimentación…
• Aumenta y privilegia el consumo de fruta y verdura, legumbres y cereales integrales
• Come alimentos frescos, de temporada, integrales y no refinados
• Elige alimentos sin conservantes, colorantes ni aditivos
• Alimentación variada
• Limita el consumo de carne roja y de cerdo y favorece la carne de ave y el pescado
• Consume preferiblemente lácteos y quesos desnatados
• Bebe mucha agua, zumos de fruta y tisanas (sin azúcar)
• Utiliza preferiblemente aceite de oliva virgen extra
• Elimina los fritos
• Limita el consumo de café (preferir el té), azúcar refinado (mejor el azúcar moreno), sal, alcohol, bebidas con gas, dulcificantes, cacao, chocolate y alimentos demasiado especiados.
Ejercicio físico
El ejercicio físico incide positivamente en el bienestar general: reduce el riesgo de padecer osteoporosis y enfermedades cardiovasculares y tiene un efecto beneficioso en el humor.
Tabaco
Las grandes fumadoras (más de un paquete de cigarrillos al día) suelen presentar ciclos irregulares durante la cuarta y quinta década de la vida con mayor frecuencia que las no fumadoras y tienden a padecer una menopausia precoz.
Generalmente, las mujeres fumadoras se encuentran por debajo de su peso ideal durante la menopausia y esta condición, asociada a una reducida masa ósea, comporta un mayor riesgo de fracturas.
Fármacos
terapia hormonal sustitutiva
La terapia hormonal sustitutiva consiste en la administración de estrógenos, que han dejado de ser producidos por los ovarios en una cantidad suficiente. El objetivo de la terapia es el tratamiento de los trastornos que surgen inmediatamente antes de la menopausia.
Este tratamiento debe ser prescrito por el médico, basándose en las condiciones generales de salud, en las exigencias personales y en la historia clínica de cada mujer, considerando los posibles riesgos y beneficios.
Pruebas aconsejadas durante la menopausia
• Control periódico de la presión arterial
• Análisis hematoquímicos (perfil lipídico y glucídico + posibles dosificaciones hormonales)
• Examen ginecológico con citología vaginal y ecografía pélvica
• Examen del seno con mamografía dentro del cribaje poblacional del cáncer de mama en mujeres entre los 50 y los 69 años.
• Densitometría ósea
• Estudio urodinámico (en presencia de incontinencia)
• Control de la tiroides (si es oportuno controlar la funcionalidad tiroidea)
CON LAS MUJERES
En cada fase de la vida
Promovemos el bienestar y la salud de la mujer, invitándola a ser más consciente del recorrido de su salud durante las etapas más importantes de su vida. Hacemos un recorrido por la pubertad, la edad fértil, el embarazo, la lactancia, el climaterio y la menopausia, exponiendo las diferentes necesidades de salud por las que cada una de ellas se caracteriza.
LA PUBERTAD
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LA EDAD FÉRTIL
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EMBARAZO
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