La dispepsia, es decir: dolor de estómago, acidez, estómago hinchado, digestión lenta.
Examinemos brevemente los “trastornos de estómago”, tan comunes si se considera que, según las estadísticas, casi todas las personas sufren de ellos al menos una vez en la vida.
Afortunadamente, solo en una minoría de estas personas hay una enfermedad real que causa sus molestias. En todos los demás casos, hablamos de “dispepsia funcional”, es decir, trastornos de estómago que ocurren por muchas razones, pero todas ellas “benignas”, ya que no hay una enfermedad real que los cause.
¿Cómo orientarse cuando surgen problemas “de estómago”? ¿Cómo elegir el producto que se debe tomar y cómo orientarse entre los diversos remedios para la dispepsia? ¿Cómo identificar los casos en los que se necesita consultar al médico y aquellos (la mayoría) que pueden ser gestionados bajo la guía del farmacéutico?
Tengamos en cuenta que no existe un solo síntoma que permita reconocer con precisión la causa de una dispepsia, pero es importante recordar que algunos trastornos deben considerarse con atención porque podrían estar relacionados con una enfermedad grave.
Primera etapa
Evaluar si existen trastornos de estómago que requieren necesariamente consultar a un médico. Son los que aquí llamamos «banderas rojas» (Factores de Riesgo). Si un trastorno «de estómago» aparece junto con alguna de estas «banderas rojas», especialmente si esto no es esporádico sino persistente, es recomendable hablar con el médico, quien evaluará su magnitud en relación con el historial clínico personal y familiar y decidirá si es necesario administrar un tratamiento o, en algunos casos, proceder con exámenes específicos como análisis de laboratorio, ecografías, gastroscopias, radiografías, posibles consultas especializadas, entre otros.
Además, recordemos que los trastornos «dispepticos» deben ser especialmente considerados si aparecen por primera vez y duran mucho tiempo en personas mayores de 45-50 años que no hayan padecido antes de ellos, o si persisten durante varias semanas incluso después de haber tomado un tratamiento adecuado.
- Vómito persistente o con sangre, heces negras como alquitrán o pérdida de sangre roja en las heces, pérdida de peso inexplicada, dificultad persistente para tragar, anemia, dolor en el pecho – antecedentes de úlcera gástrica o cirugía en el estómago.
- Trastornos “digestivos” acompañados de coloración amarillenta de los ojos (ictericia).
Segunda etapa
Excluida la presencia de síntomas de alarma, tratemos de entender el origen de nuestra dispepsia. Para ello, es útil hacer referencia al “síntoma más molesto”. En general, pueden existir tres situaciones diferentes:
- El síntoma que caracteriza nuestro trastorno es una sensación persistente de “dolor de estómago”.
- Los síntomas predominantes incluyen eructos con sensación de acidez, ardor en el pecho o en la boca del estómago que suben hacia la garganta.
- Los síntomas predominantes incluyen hinchazón del estómago, sensación de llenura incómoda, sensación de digestión lenta y dificultosa.
El primer caso podría estar relacionado con una condición asociada a la acidez estomacal, como gastritis o úlcera. En el segundo, existe un regreso del ácido desde el estómago hacia el esófago (reflujo gastroesofágico). El tercero generalmente está relacionado con un trastorno de la motilidad gástrica.
Dolor de Estómago
Primer caso: cuando prevalece el dolor
Cuando los trastornos digestivos van acompañados de dolor intenso y persistente en el estómago (el «dolor de estómago»), y este se repite incluso después de tomar un antiácido común, es posible que la causa sea una gastritis o una úlcera, cuyas causas son diversas:
- Infección bacteriana por Helicobacter Pylori (80% de los casos) o
- El abuso de medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs).
En ambos casos, se produce una reducción del moco que normalmente protege la pared interna del estómago, lo que hace que esta se vea «agredida» por el ácido que está naturalmente presente en el estómago, lo que lleva a una inflamación (gastritis) o incluso a la formación de lesiones (úlceras).
Cuando el «dolor de estómago» se presenta de forma episódica o esporádica, es posible que el daño causado por el ácido al estómago sea de menor gravedad y tal vez provocado por el uso ocasional de un medicamento antiinflamatorio o incluso por un estilo de vida incorrecto, como el abuso de alcohol, comidas copiosas o el consumo de tabaco.
¿Cómo se puede tratar el “dolor de estómago”?
Las formas graves de gastritis y úlceras, para las cuales generalmente es necesario confirmar mediante gastroscopia y examen histológico, requieren un tratamiento farmacológico intenso. Este tratamiento incluye el uso de:
- Antibióticos: suelen ser necesarios dos o tres tipos diferentes de antibióticos para erradicar la infección por Helicobacter Pylori, que casi siempre está presente en estos casos.
- Inhibidores de la bomba de protones (IBP): son medicamentos que bloquean la producción de ácido gástrico, reduciendo la acidez del estómago y favoreciendo la cicatrización de la mucosa gástrica.
Para formas leves o esporádicas de dolor de estómago, generalmente es suficiente seguir algunas reglas de buena conducta y usar productos que protejan la mucosa interna del estómago. Entre estos se incluyen también remedios naturales que ayudan a complementar la capacidad protectora del moco gástrico, reduciendo la irritación y previniendo daños.
Algunos consejos prácticos incluyen:
- Evitar el uso continuo de medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs), a menos que hayan sido específicamente recetados por el médico.
- Adoptar un estilo de vida saludable, con comidas más pequeñas y frecuentes, evitando alimentos irritantes como los muy picantes, grasos o alcohólicos.
- Considerar el uso de productos protectores naturales, como por ejemplo aloe vera o suplementos que contengan probióticos o extractos de manzanilla, que pueden favorecer el bienestar gástrico.
Si los síntomas persisten o empeoran, siempre es necesario consultar al médico para un diagnóstico y tratamiento adecuado.
¿Y si el dolor es generalizado en todo el abdomen?
Atención: si el dolor es generalizado y persiste en el tiempo, y además se acompaña de estreñimiento persistente, diarrea, o la alternancia de ambos, puede estar relacionado con una enfermedad intestinal. En este caso, es una «bandera roja» que debe ser reportada al médico.
Finalmente, existe un problema que afecta de manera significativa el bienestar abdominal: el síndrome del intestino irritable, más conocido como colon irritable (anteriormente llamado colitis espástica). No es una enfermedad maligna, pero sí causa trastornos continuos, incluso durante años, a quienes la padecen, y también genera dificultades para encontrar un tratamiento realmente efectivo y resolutivo.
Si el dolor abdominal persiste o se asocia a estos síntomas, es esencial acudir al médico para obtener un diagnóstico adecuado y determinar el mejor enfoque para tratar el problema.
Bruciore de Estómago
El Segundo Caso – ¿Será un reflujo?
Cuando se experimenta una sensación de «ardor y acidez en el estómago», los médicos hablan de reflujo gastroesofágico. Esta es una condición en la que una parte del contenido del estómago asciende hacia el esófago, un fenómeno que en realidad ocurre de forma normal en todas las personas durante breves períodos de tiempo durante el día (generalmente después de las comidas) y que no suele causar molestias significativas.
Si una persona experimenta ardor y regurgitación ácida de manera leve, esporádica y no continua, es probable que no tenga ningún problema serio y que no necesite tratamientos específicos.
Sin embargo, es fundamental adoptar algunos remedios para el ardor de estómago, como seguir un estilo de vida saludable y, si es necesario, tomar productos, incluso naturales, que ayuden a aliviar los síntomas, especialmente la sensación de ardor y acidez.
Por otro lado, si el problema es frecuente o constante, especialmente si la intensidad es considerable, es posible que la persona padezca una verdadera enfermedad, conocida como Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico (ERGE), que debe ser gestionada por un médico.
¿Cómo se manifiesta el reflujo gástrico?
Los síntomas más comunes y típicos de la enfermedad por reflujo son:
- Sensación de ardor (llamada pirosis), localizada en la parte frontal del tórax, que a veces puede extenderse hasta la garganta o hacia la espalda, en la zona entre los omóplatos.
- Regurgitación del contenido del estómago, con una sensación de sabor amargo o ácido en la boca.
Estos trastornos pueden aparecer en cualquier momento del día, pero son más frecuentes después de las comidas y cuando la persona está en posición acostada. Sin embargo, en algunos casos, la enfermedad por reflujo puede causar síntomas atípicos (es decir, no relacionados con la digestión), tales como:
- Dolor en el pecho.
- Tos persistente.
- Ronquera o cambios en la voz, entre otros síntomas.
¿Cómo se trata el reflujo?
Los medicamentos, o en raros casos una intervención quirúrgica, pueden aliviar los síntomas y prevenir o curar las lesiones en el esófago causadas por el reflujo.
Dependiendo de la situación de cada persona, los medicamentos pueden tomarse «según sea necesario» (es decir, solo cuando aparecen los síntomas), o en ciclos de corta duración, o incluso de forma continua durante períodos prolongados, si es necesario.
Sin embargo, siempre es de gran utilidad seguir algunos consejos sobre la alimentación y ciertos hábitos cotidianos que permiten reducir el reflujo del material ácido desde el estómago.
Para el reflujo gástrico, pueden ser útiles remedios como el uso de productos, incluso naturales, que protejan la delicada mucosa del esófago, contrarresten la acidez del material gástrico y, por lo tanto, reduzcan la acción lesiva de los jugos gástricos que refluyen hacia el esófago.
Normalmente, se utilizan medicamentos muy potentes (llamados «inhibidores de la bomba de protones» o IBP) que bloquean la producción de jugos ácidos por parte del estómago. La dosis y la duración de este tratamiento deben ser establecidas junto con el médico, en función de los trastornos iniciales y los resultados observados con el tiempo.
¿Es cierto que algunos medicamentos pueden causar acidez estomacal?
Sí, es cierto que algunos medicamentos pueden provocar acidez estomacal. A continuación se muestra una lista de algunos fármacos que pueden ser responsables de este síntoma. Si experimentas acidez estomacal y estás tomando estos medicamentos, es útil informarlo a tu médico, quien podrá decidir si continuar con el tratamiento (prescribiendo tal vez productos que controlen el malestar) o si sustituir el medicamento que podría estar causando el problema.
- Medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs) (a menudo abusados para controlar el dolor musculoesquelético)
- Corticosteroides
- Levodopa (medicación para el tratamiento del Parkinson)
- Antagonistas del calcio y beta-bloqueantes (usados para problemas cardíacos o hipertensión)
- Teofilina y derivados (medicación para el asma)
- Bifosfonatos (utilizados para la osteoporosis)
- Sales de hierro (antianémicos) y de potasio
- Nitroglicerina (usada para problemas cardíacos)
- Anticolinérgicos
Si experimentas acidez estomacal al tomar estos medicamentos, es importante consultar con un médico para evaluar el tratamiento adecuado.
Estómago Hinchado
El tercer caso: «tengo el estómago hinchado, digiero mal»
Un estómago hinchado en ausencia de dolor y síntomas de reflujo puede estar relacionado con el hecho de que los movimientos naturales que permiten que la comida avance desde la boca hasta el estómago no se realizan de manera regular. Esta desarmonía crea la sensación de una digestión lenta y dificultosa (digestión deficiente).
Con mucha frecuencia, una condición de este tipo está vinculada a malos hábitos y una alimentación no siempre adecuada, por lo que sería recomendable realizar cambios en estas prácticas.
¿Se puede curar la hinchazón de estómago?
Si la sensación de estómago hinchado y digestión lenta no está asociada con acidez o ardor intenso y persistente, se puede intervenir con productos naturales como plantas de acción amargo-digestiva y carminativa. En cambio, deberían evitarse los digestivos alcohólicos, que generalmente son «fuertes» y a menudo utilizados con este fin. Sin embargo, es fundamental seguir una serie de normas higiénicas y alimentarias.
Alimentación y Estilos de Vida: ¿Cómo mantener el estómago y el intestino en buen estado en caso de molestias gástricas?
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¿Molestias estomacales? Lo primero es una alimentación sana y hábitos de vida correctos.
Existen numerosos libros, artículos y programas de televisión dedicados a los trastornos del estómago que ofrecen una gran variedad de consejos, así como largas listas de alimentos «sí» y «no».
Empecemos con el problema de la acidez.
En cuanto a las «buenas prácticas alimentarias», no hay un consenso claro entre los expertos sobre qué comportamientos son beneficiosos o claramente perjudiciales para la acidez gástrica. Sin embargo, hay recomendaciones que tradicionalmente han demostrado ser útiles para mejorar el funcionamiento general del estómago:
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- Perder el exceso de peso.
- Evitar las comidas copiosas, especialmente por la noche antes de acostarse.
- Evitar alimentos que reducen la eficiencia de la «válvula» entre el estómago y el esófago, como:
- Chocolate
- Cebolla
- Menta
- Limitar los alcoholes y las grasas.
Una recomendación en la que coinciden la mayoría de los expertos es eliminar los alimentos que, en cada paciente, agravan sus molestias estomacales. En estas circunstancias, también puede ser útil recurrir a sustancias naturales que, como se mencionó anteriormente, ayudan a proteger el estómago de los daños causados por el ácido.
¿Y para la hinchazón abdominal y el exceso de gases intestinales?
En estos casos, es fundamental seguir las reglas generales, como una dieta equilibrada, evitar alimentos que causen fermentación excesiva y llevar un estilo de vida activo que favorezca una digestión saludable.
Alimentación y Estilo de Vida: Consejos para reducir el reflujo y mejorar la digestión
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Reducir el peso en exceso:
El sobrepeso y la obesidad agravan significativamente el reflujo. -
Elevar la cabecera de la cama:
Elevar la parte de la cabeza de la cama unos 20 cm ayuda a disminuir los reflujos nocturnos. -
Evitar comidas rápidas y fuera de horario:
Dedicar tiempo para masticar bien los alimentos antes de tragarlos. -
Esperar antes de acostarse:
Dejar pasar al menos dos horas desde la última comida antes de adoptar una posición horizontal o ir a dormir. -
Evitar el tabaco y el alcohol:
Estas sustancias irritan la mucosa gástrica y empeoran los síntomas del reflujo. -
Practicar actividades relajantes después de comer:
Optar por actividades como caminar, leer o charlar, evitando esfuerzos físicos intensos como el levantamiento de pesas. -
Seleccionar alimentos cuidadosamente:
Reducir o evitar:- Alimentos que permanecen más tiempo en el estómago por su composición o preparación.
- Condimentos grasos como aceite, mantequilla, mayonesa.
- Fritos y algunos alimentos específicos como tomate, cebolla, menta, chocolate, té, alimentos grasos o picantes.
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Preparaciones culinarias sencillas:
Cocinar de manera ligera para facilitar la digestión y minimizar el reflujo. -
Identificar alimentos problemáticos:
Cada persona debe observar qué alimentos empeoran su digestión o los síntomas de reflujo y reducir su consumo. -
Distribuir las comidas:
Consumir alimentos en porciones regulares a lo largo del día. Evitar cenas abundantes, especialmente a última hora, y no acostarse durante las tres horas posteriores a una comida.
Remedios Naturales para la Acidez y el Ardor de Estómago
La mucosa gástrica, es decir, el revestimiento interno del estómago, está protegida de manera natural contra los daños causados por el ácido que contiene, gracias a la acción del moco producido por esta misma mucosa, que contiene sustancias activas como los mucopolisacáridos y el bicarbonato.
Pues bien, algunas sustancias naturales como la Altea y la Malva tienen una acción calmante y protectora. Cuando se combinan con minerales como la Nahacolita y el Limestone, que son naturalmente ricos en bicarbonatos y carbonatos, permiten crear una especie de «moco protector vegetal-mineral». Este moco es similar al que produce el estómago y puede adherirse a la mucosa gástrica, protegiéndola de irritaciones y ardor sin alterar la acidez natural del estómago.
Además, la cantidad de minerales (Nahacolita y Limestone) necesaria para desempeñar esta acción protectora es muy pequeña si se combina con mucílagos vegetales.
Esto también ayuda a evitar los problemas típicos del regreso de la acidez y el ardor que suelen producirse al consumir grandes cantidades de bicarbonato como antiácido. En realidad, el objetivo de este moco vegetal-mineral no es neutralizar la acidez del estómago, sino proteger la mucosa gástrica, reduciendo la irritación y el ardor.