Algunos estilos de vida y alimentarios dan pie a las enfermedades cardiovasculares, como por ejemplo el sedentarismo, la persistencia de condiciones de estrés psicofísico, una alimentación excesiva y una dieta rica en grasas y azúcares simples (como refrescos) y pobre en fruta y verdura (factores de riesgo para el sobrepeso y la obesidad).
Otras condiciones que agravan el riesgo cardiovascular son el tabaquismo, el consumo de bebidas alcohólicas y el consumo excesivo de sal, que puede dar lugar a la aparición de hipertensión arterial.