La isquemia es la disminución o la ausencia total del flujo sanguíneo en una zona determinada de un órgano.
Las causas pueden ser múltiples.
Si hay una ausencia del flujo de sangre, o este es considerablemente bajo, el tejido no recibe el oxígeno y los nutrientes necesarios, por lo que se produce un infarto.
Los síntomas de la isquemia y del infarto son diferentes según el tipo de tejido afectado, la duración de la isquemia y la parte afectada: arterias coronarias (angina, infarto del miocardio), cerebral (ictus), intestinal, renal o periférica (arteriopatía obliterante de las extremidades inferiores).