La diarrea es un mecanismo de defensa que adopta nuestro organismo.
De hecho, tanto la pérdida abundante de líquidos como los espasmos se encargan de liberar rápidamente el intestino de las sustancias nocivas (como por ejemplo virus, bacterias y toxinas) que causan la inflamación de la mucosa.
Si el contenido del intestino se estanca, los responsables del daño permanecen durante más tiempo en contacto con la mucosa.
Por este motivo, no es recomendable utilizar medicamentos que bloquean la motilidad del intestino y hacen estancar las heces, puesto que pueden agravar el problema.