La introducción de alimentos sólidos debe empezar a los seis meses.
Para satisfacer el aumento de las necesidades relacionadas con el crecimiento del bebé, a los seis meses se deben incorporar alimentos sólidos en forma de puré como complemento de la lactancia materna.
Los alimentos se pueden preparar específicamente para el niño o pueden ser una variación de los que componen la alimentación familiar.
La OMS hace notar que:
no se debe disminuir la lactancia materna cuando se comienza a dar comidas sólidas al niño;
los alimentos se deben dar con la cuchara o con la taza y no con el biberón;
los alimentos tienen que estar limpios y ser seguros;
los niños necesitan mucho tiempo para aprender a comer alimentos sólidos;