Las patologías articulares inflamatorias incluyen enfermedades en las que la inflamación aparece en muchas partes del cuerpo.
Entre estas encontramos la artritis reumatoide y el lupus eritematoso, así como las espondiloartropatías (una serie de artritis inflamatorias que tienen características comunes y en las que no se encuentran autoanticuerpos en la sangre).
También se incluyen la gota (debido a depósitos de cristales de ácido úrico) y las enfermedades causadas por una infección como, por ejemplo, las formas virales (en múltiples articulaciones y músculos) o la tuberculosis (generalmente monoarticular).
Si las enfermedades articulares inflamatorias que tienen una evolución crónica (p. ej., la artritis reumatoide y la gota) no se tratan, pueden causar daños irreversibles en las estructuras articulares y crear graves problemas de discapacidad.