Es la condición en la que se encuentra una persona que acaba de pasar por una enfermedad bastante seria y se está recuperando.
Durante la convalecencia el organismo aún no ha alcanzado su condición de homeostasis y muchas de sus funciones pueden seguir estando alteradas.
Esta es la razón por la cual en estas condiciones las personas se sienten débiles, se cansan con facilidad y están más expuestas al riesgo de enfermedades infecciosas.
La convalecencia requiere reposo, con una recuperación gradual de la actividad física y mental, y una dieta equilibrada rica en frutas y verduras.
Las sustancias naturales adaptógenas pueden ser útiles para reactivar las funciones orgánicas y recuperar la homeostasis.