La homeostasis, en sentido general, no es más que una condición de estabilidad o equilibrio del organismo.
Si por alguna razón este equilibrio se rompe, el organismo activa una serie de mecanismos para volver a la situación inicial.
Veamos un ejemplo: en los días muy cálidos y húmedos la temperatura corporal aumenta; en esta situación el hipotálamo (una parte del cerebro) percibe el cambio y da instrucciones para que el organismo active mecanismos que le permitan disipar el calor, como pueden ser la dilatación de los vasos sanguíneos.
Una cantidad excesiva de estímulos puede poner en riesgo la homeostasis del organismo.