Poca capacidad de mantener la concentración en las actividades que se están realizando.
Dificultad para estudiar y memorizar con precisión las cosas.
Tendencia a perder con facilidad el hilo de la conversación y olvidar de lo que se estaba hablando.
Sensación de cansancio, somnolencia, aunque se duerma un número de horas suficiente.
Irritabilidad.
Poca capacidad de controlar las emociones.
Cefalea.