Las mucosas de la nariz y la garganta (faringe) identifican como un peligro los virus, bacterias y alérgenos que entran en contacto con ellas, y responden con una reacción inflamatoria, activándose para atraer células del sistema inmunitario capaces de bloquear los virus, las bacterias y los alérgenos, aumentando la producción de moco, estornudos y golpes de tos que permitan expulsar rápidamente al enemigo del organismo.
Las reacciones de defensa causan síntomas molestos pero que nos permiten sanar más pronto.