Estudios recientes han demostrado que la falta de sueño impide que el sistema inmunitario funcione correctamente.
Por ejemplo, dormir menos de lo necesario reduce la respuesta inmune a la vacuna contra la gripe; de esta manera, las personas que padecen de insomnio tienen una protección baja contra el virus.
Las citocinas, que son las sustancias que nos ayudan a combatir las infecciones, también tienen el efecto de estimular el sueño.
Con mucha probabilidad esto se debe a que el sueño ayuda al cuerpo a conservar la energía y otros recursos necesarios para crear una respuesta inmune efectiva para combatir las enfermedades.