Por procesado de alimentos se puede entender cualquier acción o procedimiento que modifique los alimentos o las materias primas utilizadas para producirlos (como los cultivos, el agua, etc.) respecto a su estado natural inicial. Algunos procesos son indispensables, por ejemplo, para hornear, la harina debe trabajarse al menos con agua y levadura, dejarse fermentar y luego hornearse. Aquí nos referimos sobre todo a los procesos más complejos, los que permiten una larga conservación de los alimentos y un sabor y aroma más intensos, pero a menudo implican la adición de conservantes, colorantes, altos niveles de azúcares artificiales, grasas y sal, incluso a costa de la pérdida de muchos nutrientes esenciales. Los estudios han demostrado que el consumo de alimentos que pueden describirse como altamente procesados, por ejemplo, carnes procesadas (como jamón, bacon, salchichas, etc.), quesos y encurtidos, salsas alimentarias (como la salsa de soja), cremas para untar y condimentos y bebidas endulzados artificialmente, se asocia a mayores riesgos para la salud. El consumo frecuente de alimentos muy procesados puede provocar carencias de nutrientes como vitaminas y mineraleso un exceso de electrolitos, por ejemplo sodio o cloroque son esenciales para que el organismo funcione correctamente. También puede causar un desequilibrio de electrolitos, por ejemplo de sodio, potasio y magnesio, que son cruciales para mantener el equilibrio de líquidos, la función muscular y la salud del corazón. Para mantener una dieta equilibrada y sana, es importante consumir alimentos muy procesados de manera esporádica y optar por alimentos frescos e integrales siempre que sea posible.