La hipocalcemia es una afección médica en la que los niveles de calcio en sangre son bajos. Se produce cuando una persona no obtiene suficiente calcio de los alimentos, cuando el organismo no absorbe adecuadamente el calcio (mala absorción en el tracto gastrointestinal por diversas causas) o cuando se elimina demasiado calcio (los riñones pueden eliminar demasiado calcio y provocar hipocalcemia). Puede ser el resultado de una carencia de vitamina D o magnesio, de niveles bajos de albúmina (la proteína más abundante que se encuentra en la parte líquida (plasma) de la sangre), de una producción deficiente de parathormona (una hormona producida por las paratiroides, cuatro pequeñas glándulas que rodean la glándula tiroides), de una reabsorción ósea deficiente del calcio, de una enfermedad crítica o del uso de ciertos fármacos. En la hipocalcemia moderada son frecuentes las parestesias en los dedos de pies y manos (alteración de la sensibilidad que se percibe como una sensación de hormigueo, entumecimiento u hormigueo), calambres y espasmos musculares, ansiedad, confusión e irritabilidad. Una persona que ha padecido hipocalcemia durante mucho tiempo puede tener los huesos rotos, las uñas quebradizas y la piel y el pelo secos. En los casos menos graves, la hipocalcemia se trata con una dieta que aporte la cantidad correcta de calcio o con suplementos.