En la hipomagnesemia, los niveles de magnesio en sangre son demasiado bajos. Normalmente, los niveles de magnesio bajan porque se consume menos magnesio con los alimentos (a menudo debido a errores nutricionales) o porque el intestino no absorbe correctamente los nutrientes (malabsorción). A veces, la hipomagnesemia también se produce debido a una eliminación excesiva de magnesio por los riñones o los intestinos (por ejemplo, una diarrea prolongada, aumenta la eliminación de magnesio) . Otras causas son la lactancia (que aumenta las necesidades de magnesio), el uso prolongado de inhibidores de la bomba de protones (fármacos que reducen la acidez estomacal), fármacos que aumentan la eliminación de magnesio (como los diuréticos, el antifúngico anfotericina B y el fármaco quimioterápico Cisplatino) o el consumo elevado de alcohol. La hipomagnesemia puede afectar a la función de las glándulas paratiroides y reducir la absorción de calcio.

Incluso una carencia leve de magnesio puede disminuir el rendimiento físico e incrementar las consecuencias negativas del ejercicio intenso (por ejemplo, el estrés oxidativo). La hipomagnesemia puede provocar náuseas, vómitos, somnolencia, debilidad, cambios de personalidad, espasmos musculares, temblores y pérdida de apetito. Si es grave, la hipomagnesemia puede provocar convulsiones, especialmente en niños. El tratamiento consiste en administrar suplementos de magnesio.