La mastitis se cura con reposo, aplicando compresas calientes y húmedas (es preferible evitar las compresas frías con hielo) y dando de mamar al bebé para que el pecho se vacíe, ya que el vaciado regular reduce el estancamiento de la leche y alivia el dolor.
El pecho también se puede vaciar con maniobras delicadas de extracción manual.
Para aliviar el dolor se puede tomar paracetamol; puede ser necesario el uso de antibióticos pero solo bajo indicación del médico.