El ritmo de las tomas se establece en función de los requerimientos del niño; las reglas rígidas con respecto al horario y la duración de las tomas afectan la lactancia materna.
El niño debe ser amamantado cuando indique que tiene hambre, sin utilizar chupetes, ni darle otros líquidos (nunca bebidas azucaradas) para aumentar la distancia entre una toma y la otra.
Es mejor evitar la alimentación complementaria con leche artificial (producida de manera industrial).
La duración de la toma debe ser flexible para poder responder a las distintas necesidades del niño durante el día.