El síndrome de dolor pelviano crónico inflamatorio es la forma de prostatitis más común, pero al mismo tiempo es la más difícil de curar.
Se distingue por la presencia en la secreción prostática de leucocitos en lugar de bacterias. Los leucocitos forman parte de la respuesta del sistema inmunitario al proceso inflamatorio.
Por lo general los síntomas no son muy intensos, pero son molestos y persistentes.
Quien padece del síndrome de dolor pelviano crónico inflamatorio puede tener dolor en el escroto, pene, testículos, dolor en la parte inferior de la espalda, dolor rectal que se irradia hasta la parte superior de los muslos, a veces eyaculación dolorosa y trastornos de la micción (p.ej.: necesidad frecuente y urgente de orinar).
A pesar de que no hay un tratamiento definido para este trastorno, algunas sustancias naturales complejas pueden ser útiles (por ejemplo, Serenoa, té verde, ortiga).