Cuando la ansiedad se vehicula hacia el cuerpo, puede dar lugar a manifestaciones similares a las de un trastorno físico.
Puede afectar a muchos órganos y aparatos del cuerpo y causar trastornos de tipo cardiovascular, como una sensación de peso en el pecho en la zona del corazón (angustia), taquicardia (latido acelerado del corazón), desmayos; trastornos de tipo respiratorio, como disnea (dificultad para respirar), respiración acelerada, tos; trastornos digestivos, como espasmos intestinales, sensación de tener un nudo en la garganta o el estómago contraído, hipo; trastornos del aparato urinario, como dolores en la parte baja del abdomen, necesidad urgente de orinar; y trastornos neurológicos (cefalea, vértigos, percepción de dolores en diversas partes del cuerpo).