El riesgo de sufrir trastornos de ansiedad puede aumentar por factores genéticos o ambientales (por ejemplo, traumas infantiles).
Sin embargo, no se sabe qué genes están involucrados y tampoco por qué en algunas familias determinados componentes tienen trastornos de ansiedad y otros no.
Incluso dentro de una misma familia, ciertas personas parecen ser particularmente resistentes al estrés causado por el trabajo (o la escuela), los problemas familiares, las enfermedades, mientras que otras lo son mucho menos y se ven afectadas con facilidad por los trastornos de ansiedad.
A veces la ansiedad puede deberse a otro problema médico, como el hipertiroidismo (la tiroides produce demasiada hormona) o la hipoglucemia (niveles bajos de azúcar en la sangre), al uso excesivo de sustancias que mejoran el estado de ánimo y el nivel de rendimiento mental (como la cafeína o sustancias psicoestimulantes), o a la abstinencia del alcohol o drogas.