Los ritmos circadianos no solo afectan el ritmo de sueño-vigilia, sino también la producción de hormonas (por ejemplo, cortisol y hormonas sexuales), la temperatura corporal y otras funciones corporales importantes.
Las alteraciones de los ritmos circadianos no solo causan algunos tipos de trastornos del sueño, como el desfase horario, y el síndrome de la fase del sueño retrasada, sino que también se asocian a trastornos típicos de la carencia crónica de sueño.