Cuando los sensores del sistema inmunitario perciben un peligro en la mucosa nasal, acuden en su ayuda células especiales que combaten la agresión, se producen mayores cantidades de sustancias inflamatorias (p. ej., la bradiquinina y la histamina) y la mucosa se transforma.
Su color cambia de rosa pálido a rojo intenso, puesto que llega una mayor cantidad de sangre, las células se hinchan (congestión), aumenta la producción de mucosidad por parte de las células y las glándulas calciformes y se forman más radicales libres.
Estas circunstancias son las responsables de los síntomas típicos de la rinitis.