La rinitis medicamentosa se debe sobre todo al uso de aerosoles o gotas nasales descongestionantes que contienen vasoconstrictores.
Los síntomas más típicos son: obstrucción nasal (nariz tapada) persistente, que a menudo nos hace seguir usando los vasoconstrictores, lo que empeora el daño.
La mucosa nasal resulta dañada, muy congestionada e hiperémica (roja), los cornetes aumentan de volumen.
Si el uso del medicamento se prolonga, la mucosa puede volverse atrófica (muy delgada), seca y costrosa.
Muchos otros medicamentos pueden provocar rinitis crónicas similares.