Hablamos de insomnio cuando hay una alteración en la cantidad y la calidad del sueño, que si persiste puede resultar intolerable, causando otros problemas de salud a largo plazo.
Este problema no se manifiesta igual en todas las personas:
- hay quien tiene dificultad para dormirse
- quien se despierta una o varias veces en mitad de la noche y tal vez tiene dificultad para volver a dormirse
- quien se despierta bastante antes de lo deseado
Es posible que una persona presente estos trastornos de forma combinada, por lo que empeora significativamente la calidad del sueño.
Dormir mal puede ser un problema pasajero, pero en otros casos, la falta de sueño puede llegar a suponer un problema de salud importante, ya que no solo disminuye la atención, la concentración y la memoria, rendimos menos y estamos más irritables, sino que también podemos sufrir episodios de somnolencia. También aumenta la probabilidad de depresión y de dolencias mentales (fatiga, somnolencia) y físicas (dolores de cabeza, trastornos digestivos, etc.)
En cualquier caso, siempre es importante distinguir si las noches de insomnio son solo un problema nocturno o si son la causa de trastornos más o menos relevantes durante el día.
¿Cuáles son las causas?
Hay muchos factores que intervienen en la aparición y mantenimiento del insomnio. Entre los más importantes destacan el estrés debido a preocupaciones personales, familiares, laborales o escolares y algunos malos hábitos y estilos de vida perjudiciales para el sueño como, por ejemplo, los horarios irregulares, ciertos alimentos estimulantes, o un entorno incómodo que, si se desea, podrían corregirse.
Además, existen otras causas que también pueden aumentar la probabilidad de padecer un trastorno del sueño:
- La edad. Se puede padecer insomnio a cualquier edad, pero las probabilidades se incrementan a medida que aumenta la edad. En las personas mayores el sueño se hace más ligero y son más frecuentes los despertares nocturnos.
- Factores hereditarios o familiares.
- Sexo. Este trastorno ocurre con mayor frecuencia en mujeres que en hombres, debido a que en la mujer es mayor el efecto de los cambios hormonales, especialmente durante el embarazo y la menopausia.
- Algunos medicamentos pueden provocar insomnio como un efecto secundario, como los antidepresivos, medicamentos para la tensión (beta-bloqueadores), esteroides, diuréticos, etc.
- El dolor crónico, como la fibromialgia y el dolor de espalda. También la artritis puede causar dolor y rigidez.
La causa del insomnio también puede estar asociado a una enfermedad o a otro problema de salud, como es el caso de:
- La apnea obstructiva del sueño, un trastorno provocado por un cierre intermitente y repetitivo de las vías aéreas superiores durante el sueño, y se presenta generalmente con ronquidos y somnolencia diurna.
- El síndrome de las piernas inquietas, que se caracteriza por la presencia de una necesidad abrumadora de mover las piernas, acompañada en su mayoría de una sensación desagradable o molesta, que aparece cuando la persona se queda quieta, especialmente por la noche, tanto antes como durante el sueño (y que a menudo despierta al paciente). Este trastorno causa insomnio o bien, si el insomnio, ya está presente por otras razones, lo agrava. En caso de insomnio, siempre debe excluirse la presencia de un trastorno de este tipo e informar siempre al médico.
Un buen sueño depende más de la calidad que de la duración de éste, por lo que el insomnio debe preocuparnos más cuanto mayor sea su impacto negativo en las actividades diarias. Por eso hay que tomar todas las precauciones para que el sueño suponga un momento indispensable y saludable en la vida.