¿Qué son y cómo funcionan los medicamentos para el insomnio?
Los medicamentos para dormir que facilitan el inicio y la continuación del sueño se definen como hipnóticos. En el mercado existen dos tipos: las benzodiazepinas y los análogos. Algunos de estos medicamentos tienen un efecto más prolongado (hasta 24 horas o más), lo que los hace más adecuados para personas que sufren de ansiedad o para aquellos insomnes que se quejan de despertarse demasiado temprano por la mañana. Otros duran menos de 6 horas y, debido a su efecto corto, son más adecuados para facilitar un inicio rápido del sueño.
Estos medicamentos para dormir son fármacos que pueden (y deben) ser adquiridos solo con receta médica, una obligación que se aplica a la gran mayoría de los medicamentos y que tiene como fin proteger a las personas, impidiendo que puedan ser consumidos sin la evaluación atenta de los pros y contras que solo el médico tratante puede hacer.
¿Cómo se toman?
¿Hay alguna precaución especial que deba recordar?
Siempre es importante seguir cuidadosamente la dosificación indicada por el médico tratante, respetando las dosis y los tiempos de administración. Los medicamentos hipnóticos pueden causar efectos no deseados de diversa naturaleza e intensidad: sensación de cabeza vacía, fatiga, aumento del tiempo de reacción, reducción de la coordinación motora y alteración de las capacidades intelectuales. Esto podría generar una condición de menor seguridad para la integridad personal, para realizar actividades laborales y domésticas normales, y, aún más grave, un alto riesgo al conducir o al usar maquinaria delicada o peligrosa.
En algunos sujetos, aunque más raramente, pueden aparecer dolores de cabeza, mareos, visión borrosa, náuseas y malestar estomacal. Todos los efectos secundarios son más frecuentes y relevantes en las personas mayores, quienes además pueden experimentar efectos paradójicos, como comportamientos extraños, agresivos o desinhibidos, estados de ansiedad, inquietud, irritabilidad y, en ocasiones, alucinaciones.
Además, cuando se usan estos medicamentos para dormir repetidamente durante varias semanas, puede desarrollarse una especie de tolerancia, lo que lleva a una pérdida de eficacia de las benzodiacepinas. Si el uso continúa por más tiempo, puede surgir una verdadera dependencia, por lo que si se interrumpe abruptamente, pueden aparecer fenómenos muy molestos (denominados síntomas de abstinencia), como dolor de cabeza, dolores musculares, gran inquietud, irritabilidad, confusión mental y, por supuesto, un empeoramiento del sueño.
¿Hay algún medicamento que deba evitarse?
Este tipo de medicamentos para el insomnio nunca deben ser tomados simultáneamente con otros medicamentos que puedan acentuar la acción sedante (otros hipnóticos y tranquilizantes, antipsicóticos, antidepresivos, anticonvulsivos), ciertos tipos de medicamentos antialérgicos y algunos analgésicos de alta potencia.
¿Hay algún problema con la comida y las bebidas?
Lo más importante a tener en cuenta a la hora de tomar estos medicamentos es que el alcohol acentúa mucho su efecto tranquilizante: quienes toman medicamentos con acción sedante o para el insomnio deben tener mucho cuidado de no beber bebidas alcohólicas y evitar, entre otras cosas, situaciones de riesgo peligroso por conducir un coche o utilizar maquinaria delicada o peligrosa.
¿Se pueden tomar durante el embarazo y la lactancia?
Todos los hipnóticos son capaces de pasar al torrente sanguíneo del feto, por lo que no deben tomarse durante el embarazo (excepto en casos muy particulares y en momentos específicos, según lo determine el médico) para evitar consecuencias para el neonato, que pueden ser incluso particularmente graves. Las mujeres en edad fértil, si surge la necesidad de tomar estos medicamentos, deben informar al médico sobre la posible posibilidad de estar embarazadas o haber planeado un embarazo. Los hipnóticos pasan a la leche materna, por lo que no deben tomarse durante la lactancia.
