Osteoporosis
La osteoporosis consiste en la disminución progresiva de la masa ósea y el deterioro de la arquitectura ósea, lo que conlleva un aumento de la fragilidad y un alto riesgo de fracturas, tanto espontáneas como causadas por traumas de mínima entidad. Las áreas más frecuentemente afectadas por fracturas son las vértebras, el húmero, el antebrazo y el fémur.
La aparición de una fractura por osteoporosis incrementa el riesgo de futuras fracturas debido al llamado «efecto dominó», con consecuencias altamente incapacitantes.
La osteoporosis es una de las enfermedades óseas más comunes, y puede ser causada por factores nutricionales, metabólicos o patológicos. Afecta a ambos sexos, pero especialmente al sexo femenino después de la menopausia.
La osteoporosis puede ser de naturaleza primaria, responsable de casi la totalidad de los casos (95%), y se divide en:
- Osteoporosis idiopática (forma más rara, sin causas externas evidentes);
- Osteoporosis postmenopáusica (que se desarrolla en los años posteriores a la menopausia);
- Osteoporosis senil (asociada a los procesos de envejecimiento);
O de naturaleza secundaria, es decir, que se desarrolla debido a un evento relacionado, como en personas que ya padecen enfermedades crónicas. Además, existen algunas causas que pueden aumentar el riesgo de osteoporosis: algunas modificables, como la alimentación y la deficiencia de minerales esenciales (magnesio, calcio, zinc), proteínas, vitamina D, vitamina C, vitaminas del grupo B, vida sedentaria, tabaquismo, abuso de alcohol, bajo peso, uso prolongado de ciertos medicamentos (como corticoides, anticoagulantes orales), anorexia nerviosa; y otras no modificables, como antecedentes familiares de fracturas por osteoporosis, enfermedades de malabsorción (como la celiaquía) y trastornos tiroideos.
Prevención primaria
La osteoporosis es una condición silenciosa que, durante mucho tiempo, permanece asintomática hasta que se manifiestan sus consecuencias. Es importante recordar que a lo largo de toda la vida, los huesos están sometidos a un continuo «remodelado» basado en actividades de «construcción» y «destrucción» del tejido óseo, lo que permite que se renueven constantemente. Sin embargo, el equilibrio entre la construcción y la destrucción del hueso varía según la edad: durante el crecimiento predomina la construcción de hueso nuevo, mientras que en edades más avanzadas sucede lo contrario. La causa de la osteoporosis se debe a la pérdida del equilibrio entre la actividad de los osteoblastos (células que contribuyen a la formación ósea) y los osteoclastos (células que contribuyen a la reabsorción ósea). Son los primeros 20-30 años de vida los que condicionan la «calidad» de nuestro esqueleto, por lo que la verdadera prevención de la osteoporosis debería comenzar desde la juventud.
De hecho, cuanto más alto sea el «pico» de masa ósea alcanzado al final de la fase de desarrollo, menor será el riesgo de osteoporosis en la postmenopausia.
Por lo tanto, para favorecer su desarrollo y preservar de la mejor manera la estructura y la funcionalidad ósea, es fundamental adoptar, desde la infancia, hábitos de vida correctos, comenzando por la alimentación, que debe incluir un aporte adecuado de calcio y, si es necesario, de vitamina D. La necesidad de vitamina D es especialmente alta en algunas etapas de la vida, como durante la lactancia y la menopausia.
Prevenir caídas y lesiones accidentales
Cuidar la salud de nuestros huesos y prevenir y tratar la osteoporosis es muy importante para garantizar una buena calidad de vida. Sin embargo, también es igualmente crucial intentar prevenir las caídas accidentales (que luego pueden provocar fracturas óseas), eliminando o reduciendo al mínimo los «peligros» presentes, especialmente en el hogar.
Las personas que toman antihipertensivos o diuréticos pueden experimentar mareos o descensos bruscos de presión, por lo que deben seguir con precisión las indicaciones del médico y realizar los autocontroles necesarios.
Prevención secundaria
Hoy en día, existen pruebas instrumentales precisas y no invasivas que permiten detectar el proceso de desmineralización ósea en sus etapas iniciales. Un diagnóstico temprano de osteoporosis permite tomar las medidas necesarias para prevenir la ocurrencia de fracturas por fragilidad.
Las pruebas específicas para el diagnóstico de la osteoporosis son:
- MOC (Mineralometría Ósea Computarizada), que mide la masa ósea mineralizada en la columna vertebral y en el fémur.
- Pruebas de laboratorio en sangre y orina, que permiten documentar, en caso de osteoporosis diagnosticada mediante MOC, posibles alteraciones en el proceso de remodelación ósea.
- Morfometría, que se utiliza para detectar la presencia de fracturas vertebrales mediante la lectura de imágenes radiográficas de la columna dorsolumbar.
El test FRAX
Se trata de un cuestionario simple y rápido, disponible también en línea, llamado FRAX® (Fracture Risk Assessment Tool), aprobado por la Organización Mundial de la Salud. La prueba FRAX permite calcular la probabilidad de que un paciente sufra una fractura por osteoporosis en los próximos 10 años, basándose en la presencia o ausencia de los principales factores de riesgo y, si está disponible, en los resultados de una MOC. El riesgo de fractura expresado por la prueba es un riesgo absoluto calculado en relación con la zona geográfica del paciente que realiza la prueba.
Estilos de vida
La leche y sus derivados son los alimentos con mayor contenido de calcio, destacando especialmente el queso parmesano (1.165 mg por 100 g de alimento) y el queso gruyère (1.123 mg). Otros alimentos ricos en calcio incluyen legumbres, vegetales de hoja verde y algunos pescados como sardinas y anchoas, así como nueces y almendras. Por el contrario, alimentos como las papas hervidas, el pan de tipo 00 y las carnes de res y pollo tienen un contenido de calcio muy bajo. La siguiente tabla resalta, a modo de ejemplo, los alimentos con alto y bajo contenido de calcio.
Contenido de calcio en algunos alimentos (mg de calcio por 100 gramos de alimento) | |
Queso grana | 1165 mg |
Queso gruyère | 1123 mg |
Queso fontina | 870 mg |
Stracchino | 567 mg |
Mozzarella de búfala | 210 mg |
Ricotta de vaca | 295 mg |
Leche de vaca | 120 mg |
Rúcula | 309 mg |
Radicchio verde | 115 mg |
Endivia | 93 mg |
Brócoli | 97 mg |
Garbanzos crudos | 142 mg |
Frijoles crudos | 135 mg |
Guisantes frescos crudos | 45 mg |
Lechuga, zanahorias, coliflor | 45 mg |
Huevo entero | 201 mg |
Anchoas frescas | 148 mg |
Pulpos y calamares | 144 mg |
Dentice, rodaballo, caballa, atún | 38 mg |
Atún en aceite escurrido | 7 mg |
Jamón cocido | 5 mg |
Carne de res, pollo | 5 mg |
Muesli | 110 mg |
Pan integral | 25 mg |
Pan tipo 00 | 14 mg |
Patatas hervidas | 10 mg |
Es natural que, en situaciones particulares como el sobrepeso, intolerancias o alergias que aconsejen precaución con el consumo de quesos y lácteos, sea necesario recurrir a suplementos o a aguas ricas en calcio. De hecho, investigaciones recientes demuestran que el intestino puede absorber el calcio contenido en el agua de manera similar a cómo absorbe el calcio del leche. Además, no es cierto que el calcio en el agua favorezca la formación de cálculos renales. Las personas propensas a los cálculos renales deben beber abundante agua a lo largo del día sin preocuparse de que el calcio en el agua pueda contribuir a la formación de cálculos, ya que, de hecho, se ha demostrado que el agua mineral rica en calcio puede tener un efecto protector.
La vitamina D también es fundamental para el desarrollo de la estructura ósea y para mantener una adecuada mineralización ósea, ya que favorece la absorción intestinal del calcio y regula los mecanismos de reabsorción ósea. Esta vitamina se produce en el organismo a nivel de la piel, a través de la síntesis de colecalciferol (vitamina D3), en un proceso enzimático regulado por la exposición a los rayos ultravioleta.
Una exposición regular al sol, incluso solo por unos minutos, es importante para garantizar la síntesis de vitamina D y, por lo tanto, una correcta absorción de calcio. Sin embargo, se ha demostrado que en Italia, a pesar de ser conocido como el «país del sol», la producción de vitamina D no siempre es suficiente. Además, hay pocas fuentes alimentarias de esta vitamina, que se encuentra principalmente en ciertos pescados (por ejemplo, caballa, sardina, anchoa, salmón, atún) y en el huevo. Por esta razón, a menudo es útil tomar suplementos de vitamina D.
En términos de prevención, es muy importante evitar el consumo de tabaco y realizar actividad física, ya que el movimiento estimula la formación de nuevo tejido óseo. La actividad física, siempre adaptada a las posibilidades físicas de cada persona, debe realizarse de forma regular, no solo con fines preventivos, sino también cuando el proceso de osteoporosis ya se ha instaurado, e incluso si ya se ha producido una fractura por fragilidad.
¿Cuánto calcio se necesita?
La SINU (Società Italiana di Nutrizione Umana) raccomanda assunzioni differenti di calcio a seconda dell’età, del sesso e di particolari condizioni fisiologiche come la menopausa o la gravidanza. Ecco una tabella che riporta in dettaglio i livelli di assunzione giornaliera raccomandati di calcio (in milligrammi, mg), secondo le linee guida della SINU:
EDAD | MUJER | HOMBRE |
1-6 | 800 | |
7-10 | 1000 | |
11-17 | 1200 | |
18-29 | 1000 | |
30-49 | 800 | |
50-60 | 1200-1500 | 800 |
60+ | 1200-1500 | 1000 |
CURE PER L’OSTEOPOROSI
Rimedi per l’osteoporosi
Como se mencionó anteriormente, es importante adoptar precauciones desde una edad temprana para prevenir (prevención primaria) la aparición de la osteoporosis. En cuanto a la terapia farmacológica, hoy en día se indica para la prevención secundaria de la osteoporosis, es decir, en pacientes que ya han sufrido una fractura o en personas que, aunque no hayan tenido fracturas, están en alto riesgo debido a una predisposición familiar, menopausia precoz (antes de los 45 años) y condiciones de baja masa ósea.
Los medicamentos disponibles actualmente actúan principalmente inhibiendo la resorción ósea o estimulando la formación de nuevo tejido:
- Bifosfonatos (alendronato, ibandronato, risedronato), que inhiben los procesos de resorción ósea.
- Raloxifeno, que pertenece a la categoría de moduladores selectivos de los receptores de estrógenos.
- Renelato de estroncio, que interfiere con los mecanismos de destrucción ósea, estimulando la formación de nuevo tejido.
- Ácido zoledrónico (que pertenece al grupo de los bifosfonatos), que se administra en una dosis única anual.
A la terapia farmacológica debe asociarse una ingesta adecuada de calcio y vitamina D, recurriendo, en caso de que los hábitos alimentarios habituales y la exposición al sol no sean suficientes, a una adecuada suplementación de la dieta.