La tos es un mecanismo fisiológico fundamental para el bienestar de las vías respiratorias; de hecho, defiende el aparato respiratorio de las sustancias irritantes y tiene la función de impedir que cuerpos extraños entren en las vías respiratorias bajas.
La tos en los niños es cuatro veces más frecuente que en los adultos y puede ser extremadamente molesta y perturbadora. De hecho, la tos en los niños les impide dormir tranquilamente y, a veces, también comer con apetito y asistir a la guardería o la escuela. Sin embargo, dado su papel de «limpiador» de las vías respiratorias, la tos nunca debe eliminarse por completo, sino solo limitarse en su intensidad para hacerla más soportable. De hecho, es peligroso suprimir profundamente o eliminar el reflejo fisiológico de la tos, pero puede ser muy útil limitar su intensidad, hacerla menos frecuente y más tolerable, menos molesta y lo menos perturbadora posible.
Consejos prácticos para tratar la tos en los niños
- Hidratar bien al niño: Asegúrese de que el niño beba mucha agua para hacer que el moco sea más fluido y facilitar su eliminación.
- Ofrecer líquidos tibios: Déle líquidos tibios con frecuencia para descongestionar las vías respiratorias y fluidificar el moco.
- Limpiar bien la nariz: Limpie la nariz del niño varias veces al día con solución fisiológica (al menos 1 ml por cada fosa nasal).
- Temperatura ambiente adecuada: Mantenga la temperatura del hogar no demasiado alta. La temperatura ideal es de alrededor de 18-20 grados.
- Humidificar el ambiente: Use un humidificador para mantener el aire húmedo, lo que puede ayudar a aliviar la tos.
- Evitar ambientes con humo: No permita que el niño esté en lugares donde se haya fumado.
- Ropa adecuada: Evite vestir al niño con ropa demasiado pesada.
- Vestir al niño por la noche: Durante la noche, póngale un pijama ligero, sin exagerar con las mantas y edredones.
¿Cuándo ir al pediatra?
Debes acudir al pediatra si se presentan los siguientes síntomas:
- La tos persiste durante más de 10-15 días.
- El niño tiene menos de 6 meses y la tos persiste más de dos días, incluso sin fiebre.
- Durante el ataque de tos, los labios del niño se vuelven azulados.
- El niño respira rápidamente o con dificultad, o parece «sibilante» cuando respira o tose.
- La tos está acompañada de fiebre alta durante más de 2 días.
- El niño se queja de una sensación de peso en el pecho o dolor al toser.
- El moco que expectora es muy denso, de color amarillo oscuro o verdoso.
- El niño está muy diferente de lo habitual, juega poco, no se alimenta bien o parece fatigado.
- El niño no puede descansar en posición horizontal.
- En caso de un ataque de tos repentino en el que parece que el niño se está ahogando (si se sospecha que ha inhalado algo).
