Faringitis o faringoamigdalitis
La faringitis o faringoamigdalitis es una infección o irritación de la faringe y las amígdalas, casi siempre de origen infeccioso. Esta enfermedad puede formar parte de una infección generalizada de las vías respiratorias altas o estar aislada y localizada solo en la faringe. Una vez más, los virus son los principales responsables (70% de los casos); en la mayoría de las formas causadas por bacterias, el responsable es el estreptococo beta-hemolítico del grupo A (EBHGA). La faringoamigdalitis por EBHGA es más común entre los 5 y los 15 años de edad, pero también puede afectar a adultos y niños más pequeños, aunque es rara en niños menores de 3 años.
Los virus y las bacterias pueden invadir la mucosa de la faringe, desencadenando una respuesta inmunológica inflamatoria defensiva que causa dolor (dolor de garganta), sensación de irritación (ardor, picor) y dolor al tragar. No es fácil distinguir entre faringitis virales y bacterianas solo a partir de los síntomas, lo cual representa un problema, especialmente en el caso de la faringoamigdalitis por EBHGA, que siempre debe tratarse con antibióticos debido al temor a complicaciones raras pero posibles (fiebre reumática y glomerulonefritis postestreptocócica).
El cultivo faríngeo para la detección de EBHGA es quizás el único método para realizar un diagnóstico certero en la mayoría de los casos. Sin embargo, se puede esperar algunos días antes de consultar al médico y realizar el cultivo si solo se tiene dolor de garganta con secreción nasal, estornudos, ojos enrojecidos y tos. Es necesario consultar al médico si aparecen dolor intenso, amígdalas agrandadas con exudado (las llamadas placas en la garganta), ganglios linfáticos del cuello hinchados, pequeños puntos de color rojo intenso en el rostro y el cuerpo (eritema) o fiebre.
En cualquier caso, todo «dolor de garganta» que persista más de una semana sin mejoría requiere una consulta médica.
Cómo tratar la faringoamigdalitis aguda
También en el caso de esta enfermedad, es necesario evaluar, tal vez con el apoyo del farmacéutico, si están presentes síntomas que requieren consultar al médico de cabecera para realizar un cultivo faríngeo y descartar una faringoamigdalitis por estreptococo beta-hemolítico del grupo A. En caso de que el cultivo sea positivo, es obligatorio el tratamiento con antibióticos durante 10 días.
En personas que no tienen problemas inmunológicos (es decir, que no padecen enfermedades que debiliten el sistema inmunitario), el tratamiento de las faringitis virales es sintomático, orientado únicamente a aliviar las molestias provocadas por la inflamación.
Motivos para consultar al médico por sospecha de faringoamigdalitis por estreptococo beta-hemolítico del grupo A.
ADULTOS Y NIÑOS
- Si están presentes: dolor de garganta intenso y profundo, amígdalas inflamadas, exudado (placas) grisáceo en las amígdalas, ganglios linfáticos del cuello inflamados, fiebre y, al mismo tiempo, no hay signos de resfriado común, como secreción nasal, estornudos, tos u ojos enrojecidos.
- O si hay dolor de garganta y a un miembro de la familia se le ha diagnosticado faringoamigdalitis estreptocócica.
- O si se padece fiebre reumática.
ADULTOS
Si está presente: un dolor de garganta, incluso sin otros síntomas, que persiste por más de una semana sin mostrar mejoría.
Los remedios naturales para el dolor de garganta
Intervención local
En este caso también, en ausencia de un tratamiento con fármacos antivirales eficaces, existen remedios efectivos para el dolor de garganta a base de sustancias naturales que protegen la mucosa de la acción agresiva de los virus, la hidratan reduciendo la sensación de «garganta seca» y alivian el dolor. La acción protectora puede ser garantizada por sustancias como, por ejemplo, el Aloe y la Mirra, que crean una masa gelatinosa y rica en agua (técnicamente denominada «mucilaginosa») que protege e hidrata la mucosa, útil para aliviar la sensación de sequedad y para una acción calmante del dolor, o aceites esenciales como el de Eucalipto y Menta, que tienen una acción refrescante y calmante.
Las combinaciones de estas sustancias se adhieren a la mucosa de la faringe, formando sobre ella una película protectora que limita el contacto con los agentes irritantes y realiza una acción hidratante, calmante y analgésica indirecta. De este modo, se atenúan los síntomas típicos del «dolor de garganta», como el ardor, el dolor y la dificultad para tragar, y son útiles no solo para tratar las faringitis de origen infeccioso, sino también para situaciones de irritación de la garganta causadas por la exposición a condiciones ambientales desfavorables, como estar mucho tiempo en ambientes poco ventilados y saturados, demasiado cálidos y con baja humedad, con alta concentración de contaminantes urbanos o industriales o estar expuesto al humo del cigarro.
